Es el tiempo quien separa y las melodías las que unen.
Malditas horas, días y años que, paulatinamente, nos alejan a medida que comenzamos a mimetizarnos. Y mañana, sólo serás acordes en mi canción.

Encontrarle un sentido al día a día, es lo más difícil que puedo plantearme en estos momentos.

Me exijo escribir, pero ¿escribir qué?. Las canciones no salen como chorros de aquella fuente en esa plaza. No, los cuentos no nacen como el aire de tormenta, tan inesperado, tan repentino.
Recurro a los recónditos rincones de mi cabeza, a los recuerdos escondidos, a los momentos olvidados, a quienes conozco y no tanto, a los colores de las florewss, a mis Santos, mis pasiones, mis deseos, a la luz y la sombra.
Las ideas nacen y maduran o son vetadas y mueren. Pero qué dificil es llevarlas a cabo, no se qué hacer para que crezcan y caigan del árbol para ser, luego, engullidas por cualquier ser. Quizás no se crecer, nadie me ha enseñado y no puedo conseguirlo. No hay escuela que enseñe crecer y dejar atrás lo que ya ha pasado, que enseñe a no vivir de los recuerdos, a no apegarse al pretérito perfecto simple.
Quizás por eso no se qué escribir.